domingo, 11 de noviembre de 2012

Matoneo en el patio de la escuela. Parte 2

El Ciberbully o Cibermatoneo 
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El termino cyberbully fue utilizado en un marco académico por primera vez por el docente canadiense Bill Belsey (Wikipedia). La palabra es un acrónimo en inglés surgido de la combinación de "cyber", que se refiere al mundo digital, web y la palabra "bully", el matón, el tirano. En español es común utilizar varios términos para el mismo fenómeno, los más comunes son ciberacoso y cibermatoneo. Sin embargo aunque son aparentemente sinónimos tiene ligeras diferencias, por los menos en lo que corresponde a su definición.


El ciberacoso corresponde a la traducción del término cyberstalking, y es el más amplio de los dos, ya que cobija también ataques a grupos, de adultos a adultos y de adultos a menores de edad. El cibermatoneo es una modalidad de ciberacoso y corresponde a la traducción del término en inglés cyberbully. Por el contrario, el cibermatoneo solo se realiza entre pares, principalmente menores de edad y la víctima es una persona, no un grupo, ni una entidad.

El ciberacoso, es voluntarioso e implica un daño recurrente infligido a través de un medio de comunicación en línea, ya sea público o privado. Esta nueva modalidad de agresión se relaciona con la aparición de Web participativa, la conocida como 2.0, y se ha hecho evidente como problema al popularizarse del uso de las redes sociales. El ciberacoso implica la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para apoyar una conducta deliberada, reiterada y hostil de un individuo o grupo, que tiene la intención de dañar a otro.

A diferencia del matoneo que se limita únicamente a la zona de juegos o de estudios, con el desarrollo de las redes sociales, ya no existen los lapsos de descanso donde cesa la opresión y la humillación. El uso de la tecnología como un arma de intimidación puede emplearse de día y de noche. A pesar de tener el computador o el teléfono móvil apagado, los mensajes o las fotografías hirientes estarán allí tan pronto la víctima se vuelva a conectar. El autor de un acto de ciberacoso no se limita a enviar un sólo mensaje, sino que puede enviar decenas o cientos de mensajes a una misma víctima.

Fuente: revista.enredo.org

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