jueves, 22 de noviembre de 2012

Matoneo en el patio de la escuela. Parte 3

Humillación, burlas, insultos, difamación, descrédito, intimidación, robo de identidad, amenazas sicológicas...

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El ciberacoso se manifiesta a través de humillación, burlas, insultos, difamación, descrédito, intimidación, robo de identidad, amenazas sicológicas, contactos insistentes. Las situaciones son variadas. Muchas veces las victimas no saben cómo actuar frente a una situación de este calibre y prefieren callar. Esta es una de las varias razones que hace de este comportamiento inaceptable y malintencionado que nunca debe ser disculpado ni pasado por alto. Por el contrario se deben generar mecanismos para disuadir estas erróneas prácticas.



Según la “Guide practique pour lutter contre le cyber-harcèlement entre élèves” elaborada por el Ministerio de Educación Nacional de Francia y la Asociación e-Enfant, las nuevas tecnologías están siendo utilizadas por ciertas personas, principalmente menores de edad, para intimidar y humillar a otros, ya sea creando un tema de discusión, un grupo o una página en una red social.

El cibermatoneo produce los mismos efectos que el matoneo, con la connotación de traspasar las fronteras sociales involucrando a un número mayor de personas que de forma consciente o despreocupada pueden participar de la agresión porque no la ven como tal, haciendo comentarios, compartiéndola a otros o dándole un simple “me gusta”. En la dinámica típica del cibermatoneo, la mayoría de los jóvenes que son testigos de una escena matoneo no intervienen, lo que refuerza la sensación de poder del agresor y de indefensión de la víctima. Solo una minoría de jóvenes testigos trata de intervenir para ayudar a la víctima.

Según un estudio realizado por Microsoft a nivel mundial, el 25% de los jóvenes reconocen haber sido cibermatoneados. Esto quiere decir que tarde o temprano, la mayoría de los jóvenes tendrán la experiencia de ser agredidos o ser agresores. Sin embargo, una minoría de los jóvenes agresores o agredidos, se enfrentarán a un problema frecuente, grave, penetrante y duradero (Craig & Pepler, 2003).

Fuente: revista.enredo.org

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